miércoles, 17 de agosto de 2011

pregoneros

Pregonando la izquierda, practicando el consumismo.

El éxito es una forma de vida poco original, para ser honestos. No hay trenes llenos sin subidos a último momento sólo porque vieron que iba bastante cargado. La izquierda ha planteado una plataforma que parece poco honesta: alianza luego de años de dedicarse más a agredirse que a reconocerse. La plataforma planteada para las elecciones primarias no fue mejor: “nos piden 400.000 votos para participar”. ¿Acaso no deberíamos estar en el mismo lugar? ¿Acaso esa cantidad de votos no es posible de encontrarse?. Sin embargo ya está, por suerte estamos adentro. Viendo lo que suceda de aquí en más, el día después de las elecciones será crucial: mostrará que tanto de oportunismo había en esto. No es el tema del que parece necesario habalr.
Los números dicen que el 50% de aquellos que votaron, lo han hecho a favor de un gobierno que está hace 8 años en el poder, que serán en un 99% de posibilidades, al menos 12. Semejante cantidad de adherentes significa muchas cosas. No tiene por qué ser necesariamente positivo: cifras superiores alcanzan gobiernos de más de 100 años de corrupción como ocurre en San Luís. El juarismo en Santiago del Estero no tenía menor porcentaje de adherentes por décadas, y sin embargo era impopular y terminó siendo sobrepasado por una masiva protesta social. Jujuy, Salta. Al interior de la provincia de Buenos Aires ocurren cosas similares, así como ocurría lo mismo con las elecciones indefinidas con más del 90% de los votos para Saddam Husein en Irak (previo a la invasión genocida de los Estados Unidos). A contramano de lo que ocurrió en buena parte de latinoamérica (Bolivia, Venezuela, Ecuador, Uruguay), en la Argentina pareciera ser que jamás se han votado plataformas que significaban un quiebre rotundo respecto de lo que en ese momento era oficialista. Kirchner fue el candidato de Duhalde. Duhalde fue el restaurador elegido por la misma clase política que se pedía a 4 vientos que se fuera (siendo el mismo parte de ella, claro). De la Rua fue el candidato de facto de Menem (elecciones en las que compitió contra la estructura del PJ -en ese momento oficialista, claro- que tenía a su cabeza a... Duhalde). Si observamos la plataforma de gobierno que impulso Menem (la política privatista), y nos despojamos de sus características violentas y agresivas contra los vestigios de un modelo de Estado más o menos social, podemos ver no más que la profundización de los planes de reforma del Estado que había propuesto el ministro Terragno (y, para sorpresa de la historia subsiguiente, el PJ rechazó). En 1983 el PJ maifestaba una voluntad más o menos agresiva que terminó en el ridículo de Herminio Iglesias.
Es decir, el establishment económico siempre tuvo salidas más o menos a su antojo (más más que menos), al menos desde hace unos 35 años. Vale bien preguntarse, ¿es el kircherismo una excepción a esto?. En el sentido común boladepedo678 está impuesto como obviedad que si. que es lo antagónico, la buenaintención sin fronteras, usando como pantalla casi excluyente el enfrentamiento con el Grupo Clarín y la pelea (verbal) contra la SRA y sus vasallos. Desde acá (siempre de una manera cínica), nos dirigiremos hacia los apoyadores antes que a los apoyados. Porque de otra manera, sería dejar de apostar a una concepción de la participación política impulsada desde abajo (y claro, a la izquierda); que el gobierno no es una esfera independiente de la sociedad, y que por eso entonces puede romperse el status quo del "mandar mandando" para por tanto existir un "mandar obedeciendo". Entonces, para no contradecirnos demasiado, como principio, además, creemos (bueno, más bien creo, esto es un blog que prácticamente no se lee, pero sobre todo está hecho en base a mi mismo, ahora mismo escrito desde un lugar donde prácticamente nadie comprende el castellano y etcétera) que es la base social la que realiza lo que está arriba. Desde adentro o desde afuera. De la misma manera que las condiciones materiales de la existencia determinan las relaciones de los sujetos. En fin, para no perderse, volvamos al lugar.
Si este gobierno no significa un quiebre real en el status quo, ¿en qué consiste este apoyo ultrageneralizado que lo supone como algo tan bello?. Por empezar, lo dijo claramente Aníbal Fernandez, “los pueblos tienen los gobiernos que se les parecen”, pero para la derrota que sufrieron en la elección del jefe de gobierno en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La disparidad de resultados entre ciudad y nación, provincia y nación, las transformaciones entre las últimas elecciones (2009, con el paladín narcocolombiano del tatuaje posicionándose por encima del mismísimo Kirchner y Scioli sólo con eslóganes vagos, por ejemplo) no pueden demostrar actos de “conciencia” o “uso de razón”. En principio, debemos creer que nadie vota por desear el mal de la sociedad (aunque de hecho apoyar ciertos candidatos sí lo haga). Todas las elecciones parecen ganarse desde dos lugares distintos: el discurso y el bolsillo. La efectividad del cristinismo es ser apetecible desde ambos aspectos. En principio, a la Argentina está entrando mucho, mucho dinero. Hay una parte de mérito del capitán, es innegable pero no menos cierto es que la marea nunca estuvo mejor dispuesta para navegar sobre ella. Por supuesto, no estamos ante un gobierno ridículo. El menemismo, por ejemplo, si lo era. La alianza también. Comparemos gobiernos desde la abundancia. Son dos fuentes de ingreso completamente distintas: el menemismo hizo dinero despojando al Estado de valiosos activos (no olvidemos, con el consenso de la mayor parte de la sociedad), el kircherismo ha hecho dinero desde una situación excepcional, que fue un alza excepcional en la demanda internacional de materias primas degradantes del suelo, es decir, profundizando algo que tiene fecha de vencimiento: un modelo económico agroexportador. Esto tampoco significó un quiebre respecto del momento anterior, ya que desde el último período del menemismo se estaban empezando a procurar altos márgenes de ganancia en este tipo de actividades. Es decir, de donde viene el dinero no es algo que se quiebra, sino que es algo que se continua. No quedaba más Estado que aniquilar. Y ojo, no es menos cierto que en simultaneo se presentaron otras opciones que significaban una continuidad en su destrucción. Para mejorar esta renta extraordinaria por vía de la explotación del suelo, se realizaron dos políticas paralelas: devaluación de la moneda (el trabajo sucio lo hizo Duhalde, quien presenta a Kirchner como su candidato) para triplicar la entrada de activos en general; se ven triplicadas la cantidad de ingresos de los sectores dedicados a la exportación de materias primas y de los impuestos sobre esa renta extraordinaria (es decir, el Estado triplicó sus beneficios), a costa de la aún más brusca degradación del valor real del salario. Ese dinero, además empezó a cambiar sensiblemente su destino. Un porcentaje cada vez mayor fue a políticas sociales, pero con cuidado a atender una cuestión: el período anterior lo redujo a algo cercano al cero, y el kircherismo recuperó buena parte de esa inversión, sin embargo, no se alcanzan valores otrora encontrados (por ejemplo, el primer peronismo). Lo que se reconoce simplemente como diferencia en el ingreso de ricos y pobres no ha terminado de acrecentarse, y los estratos medios hoy tienen un poder adquisitivo fenomenal. La estratificación social sigue funcionando en forma de pirámide, cada vez más alargada. No es que cada sector se le acerca a su superior, sino que hay más guita, y hay una parte para todos, pero claro, distribuido de arriba para abajo. Maravillosamente, es la teoría del derrame, funcionando. Entonces, esa primer esfera el kirchnerismo la tiene ganada, gracias a un discurso que compara este momento con un momento terriblemente excepcional de la historia, el 2001.
El 2001 articula el dinero y el discurso. Y parecen ser no sólo pocos, sino que demasiados los que entran en ese juego. Un análisis más o menos superficial y básico debería realizarse: cobertura médica, educación, jubilaciones; en un marco comparativo entre las décadas previas al '80 y el presente arroja conclusiones no tan felices para 8 años de bonanza económica. Pero el 2001 sirvió como espejo. Finalmente no se fueron todos, sino que además no cambió del todo la estructura económica. El liberalismo fue seguido de políticas desarrollistas, impulsadas prácticamente por los mismos actores. Y el neoliberalismo está siendo continuado con un neodesarrollismo donde los actores económicos no son muchos otros que los que estaban antes. Ambos pasajes fueron la respuesta que encontró el establishment para mantener el sistema capitalista a salvo, un salvavidas arrojado a la dictadura del dinero, fetichización de las relaciones sociales capitalistas. Entonces, se piensa desde el dinero, no desde el no-dinero. Estos pensamientos están articulados por discursos hábiles en dar una excepcional importancia al genocidio material del 2001. Y allí se presentan paladines de la pseudo filosofía kircherista. Y de qué se trata esto? Básicamente, negación de las opciones por izquierda, sobre estimación del adversario por derecha para posicionarse por izquierda (lo cual les resultó carísimo en el 2009), apropiación de luchas ajenas (la política de derechos humanos, anunciada con bombos y platillos, y merecedora de ciertos respetos terminó por ser un tibio y lento enjuiciamiento de viejitos conocidos1), implementación de políticas de origen externo (asignación universal por hijo2, ley de medios audiovisuales3, nacionalización del sistema previsional4, desendeudamiento5, cambios en la forma de pago de jubilaciones6 negando el 82% móvil para no alterar el beneficio capitalista). Por supuesto, si yo fuera oficialista, haría lo posible por presentar esto como el paraíso del beneficio social. Lo peligroso es cuánto de verdad existe ahí, y cuánto compra la media votante, que se cree hábil y pregona la izquierda, pero practica el mismo culo rotismo de siempre. Hay sectores realmente respetables que pueden defender este modelo: son los menos, de otra manera la base imponerle demandas a la jerarquía gubernamental, cosa en la realidad que no sucede. Pregonan la izquierda y practican el consumismo.
Allí entra en juego el espacio discursivo. Un discurso debe nuclear, cohesionar distintos sectores para conseguir su adhesión; en otras palabras, sus interlocutores deben de identificarse en el emisor.
De movida, sólo puedo limitarme a hablar de algo que más o menos conozco, que es la clase media, porque estoy ahí, quiera o no, y soy parte de sus contradicciones. Ahora bien, identificado ese actor (clase media “progresista”, que apoya al kircherismo), nos encontramos en lo último a lo que buscaba llegar con este pobre escrito (tecleado). Buscar algunas cuestiones que puedan servir para preguntarnos sobre ese apoyo masivo que recibe un gobierno que no ha alterado radicalmente la estructura social regresiva. Desde el plano es sencillo encontrarlo: tienen guita, si más o menos se dice lo que les gusta que digan, estarán ahí. Ahora bien, ¿qué es estar ahí?.
Si decimos que se pregona la izquierda, pero se practica el consumismo, queremos decir que la práctica social de la clase media los sigue identificando como igual de culos rotos que siempre. Y allí se construyó un gran andamiaje discursivo para que no se les vaya de las manos ciertas cosas, lo que fue exitoso para justificar lo lindo que es ser clase media y disfrutar de olerse sus propios pedos. Y esto es, identificar como compromiso cosas que realmente no lo son.
Principalmente se encuentra como regreso de la militancia algo que realmente no es así, por lo menos desde el kirchnerismo. Los culos rotos fueron al funeral de kircher y algunos llevaron banderitas. Otros incluso fueron a marchas al lado de la eterna burocracia sindical asesina con cartelitos que contenían la consigna ultra subversiva “678 Facebook”. Y eso es la militancia.
CONVIENE que esa sea la militancia, porque no tiene compromiso ni se sale de sus espacios comunes, es decir, no impone reclamos. Cree que tiene que hacer algo, pero no sabe qué, y en la medida que avanza la vida siguen practicando el consumismo. Ahí el rotundo éxito del aparato discursivo del kircherismo, una jugada hábil: decirles a ellos, a los culo rotos, que con no hacer nada estaban “militando”. Entonces, se milita viendo 678, asistiendo a alguna marchita de vez en cuando y metiendo un papel en la urna cada 4 años. Sin reclamar, Mucho menos que menos, sin intentar superar el capitalismo.
Pero es peor aún, la parte más trágica del asunto. Pendejos que se olvidaron de criticar al capitalismo para seguir en la misma idiotez de siempre, en el boludeo adolescente, la edad del pavo como cantaban las “Chiquititas” de Cris Morena, pero con banderitas y globos, algo MUY PRO. Lo que indigna de esto es que niega rotundamente que las bases de la izquierda (el estudiantado anticapitalista) llena las plazas el 1º de Mayo, que es la militancia juvenil anticapitalista la que en parte fue asesinada junto con Mariano Ferreyra en Diciembre del 2010 en manos de esa misma burocracia sindical asesina que se pasea de las manos con la CGT en las marchas donde los culos rotos van con cartelitos “678 Facebook”. Esa burocracia sindical, esta vez personificada por el nefasto personaje de Pedraza, cuyo abogado personal fue el Ministro de Trabajo, Tomada, y con quien tuvo conversaciones telefónicas amistosas luego de lo sucedido. La presidenta, de hecho, consintió el apoyo de esta, como de tantas burocracias sindicales (al fin y al cabo es ahí donde reside el poder dentro del terreno de la lucha obrera, inclinando la balanza en favor de la burocracia).

Conclusión. Mátenlos a todos. 



1Ocho años tardaron en encontrar un videito en donde Nestor Kirchner criticaba a la dictadura con el mismo calor que la gran mayoría de los jóvenes!! Es decir, celebraron más bien encontrar que Nestor Kirchner más o menos decía algo.
2Que pone precio a la vida del niño: $200 por mes.
3En donde se modificó una propuesta anterior realizando ciertas modificaciones que desotorgaban poder a las bases.
4Sin dejar de indemnizar a los usureros extranjeros
5En la práctica, pago completo de los beneficios esperados por otra parte de los usureros extranjeros.
6Se realizan 2 aumentos al año en un porcentaje menor al índice de precios del Indec. El uso del Indec para transmitir cifras más o menos un poco distintas “me vale lo mismo”, pero esto se reconoce sutilmente desde el oficialismo, ya que supuestamente posibilita un menor endeudamiento externo. He aquí la contradicción: se cree que se tienen en cuenta a los ancianos nuevamente, cuando se justifica otorgarles aumentos que van por debajo de un índice de precios reconocido como menor al real. En consecuencia, se niega alterar la tasa de ganancia capitalista al denegar el 82% móvil, y se justifica una mísera jubilación, de apenas algo más que 1000 pesos. Aun peor: se defiende que los ingresos de los viejos son aun más altos, por la cobertura médica del PAMI. Lo cual significa que simbólicamente esto no tiene por qué ser así, y por extensión, olvida que los trabajadores en actividad tienen cobertura médica.

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