La puta que me parió!
Tano Pasman, Junio de 2011
0
Detenerse en observar el
arte del debate político de la campaña es suficiente para entender
por qué la frustración de expectativas del Tano Pasman al ver que
los jugadores de su equipo no son capaces de responder a exigencias
que el necesario camino para ocupar ese espacio ya debería ponerlos
en situación de superar. Slogans basados en la nada misma, debates
que parten de disparadores ya viciados y son aceptados sin objeto,
todos apuestan por ganar la carrera por ver quien entiende mejor “lo
que quiere la gente”, por ver quién es el más condescendiente con
su propio público: hasta los errores ajenos son relatados para los
propios.
I
Se está tratando el
viraje de la última campaña política, dominada por la cuestión de
la “inseguridad” como un supuesto giro de la política mainstream
hacia la derecha. Esto significaría suponer al menos que la política
de primera plana alentaba anteriormente sus discusiones de acuerdo a
problemas públicos inducidos desde posiciones menos conservadoras y
que el indicador de este viraje lo da el resultado las PASO en las
cuales cerca del 35% de los electores en la provincia de Buenos Aires
acompañaron una propuesta netamente pro “mano dura” por ser
Sergio Massa un perfil conservador prometedor de orden público,
acompañado por un 10% del no menos derechoso De Narvaez, quitando
cargas de responsabilidades en quienes intentan construir un
kirchnerismo progresista por no poder asegurarse soluciones de
continuidad descartando liderazgos de figuras no menos lejos del
progresismo como Daniel Scioli.
Así las cosas, se llega
al colmo de naturalizar la cuestión de la derechización del
discurso de Martín Insaurralde, en clara sintonía con las
mediáticas demandas de mano dura y castigo físico de la pobreza (a
las cuales ya sabíamos que adhería el gobernador de la provincia),
justificándolo en una necesidad de “escuchar” las demandas de la
opinión pública que estarían pidiendo esto “claramente”. El
kirchnerismo, buscando creerse el único blanco fatal del terrorismo
mediático, dio el pésimo ejemplo de victimizarse más que las
propias víctimas de esta nueva meseta de violencia social,
creyéndose más afectados y necesitados de auxilio que las mismas
familias que habitan los barrios populares ahora con peaje gendarme
gracias al cierre de sus fronteras por el despliegue de 10.000
agentes de esas fuerzas en pleno ejercicio de disciplinamiento
social1,
con pleno derecho de reprimir pero absoluta discrecionalidad para
defender ciudadanos.
En el centro de la escena
las cámaras. El conurbano constituye el foco principal de las
elecciones nacionales por la cantidad de electores, pero también
allí se ponen en práctica algunas de las formas de acumulación
territorial más nocivas para la democratización de la democracia a
manos de cowboys mercaderes de votos. Algunos de ellos van logrando
disimular su escaso interés por operacionalizar el discurso de los
derechos humanos, otros pasaron a manejar territorio para Massa (si
no se encontraban ya en otro mercado); lo cierto es que en las
paredes parece exhibirse una competencia por encontrar quién promete
mayor cantidad de cámaras de seguridad en la vía pública y
despliegue de fuerzas del orden en las calles. La evidencia de que el
mayor despliegue de fuerzas de seguridad sólo marca retrocesos en el
respeto y la plena extensión de los derechos humanos y la ciudadanía
a los vecinos de los barrios estigmatizados parece no ser puesta
nunca sobre la mesa. Muy contentos distintos sectores empresarios,
entre ellos la multinacional japonesa NEC y las distintas cámaras de
seguridad privada, quienes están recuperando con creces sus inversiones realizadas en el mercado de control del
miedo. Si De Narváez ganó las elecciones legislativas en 2009, es
porque fue lo suficientemente hábil como para extender en el sentido
común que existir dentro de los límites del país sería una razón
suficientemente legítima como para sentir temor, paranoia y
justificar las histerias insecuritarias. La figura de De Narváez ha
cedido terreno, pero las causas por él defendidas se han fortalecido
mientras el progresismo se entretenía por armar bombardeos
mediáticos auto-referenciados en 678.
II
Pero el sostén
ideológico de la política de cámaras de seguridad está en la
transformación casi planetaria de las últimas décadas: las clases
medias educadas desde años están en un proceso de transformación
que las llevaron a justificar demandas de orden totalizadoras.
Entendiendo bien que la policía y las distintas fuerzas armadas en
los períodos de consolidación institucional democrática fijan sus
intervenciones con cuidadosos arreglos de clase, todo transcurre como
si la opinión pública educada se reservara la violencia policial
para los polemistas a quienes arroja sin brindarles protección, los
que van a decir lo que la mayoría no quiere escuchar. En este
contexto se inscribe la lógica massista, heredera de un híbrido de
construcción política que lo cruza entre Macri y Scioli. Causa
nauseas el discurso público del comodín operado por el círculo
rojo de Clarín, principalmente por rozar límites insospechados para
la indefinición política, escondiéndose bajo un precario
diccionario cargado de analogías que muestran no sólo un profundo
desconocimiento de los campos con los que intenta trazar el vínculo
con el fraseo común sino también de la dinámica política
subterránea (lo cual no indica que no pueda reunir asesores
suficientes). Esas fronteras de la indefinición fueron expandidas y
reconocen abiertamente la influencia de las estrategias discursivas
del gobernador de la provincia, quien hasta el ascenso mediático del
ex-intendente del partido de Tigre era el rey de la disciplina y hoy
frente a semejante rival en la la tendencia tautológica e indefinida
del discurso parece ser el mismo Lenin en vísperas de Octubre de
1917. Que se entienda, sólo en el desarrollo de la capacidad técnica
para afirmar su discurso sobre la plena falta de definiciones
concretas (con la pradójica excepción de la creencia de necesidad
de despliegue militarista).
Un excelente perfil de la
revista Anfibia2
destaca su desarrollada volatilidad ideológica y partidaria, que lo
habilitó a pasar de la UCeDé a las fuerzas territoriales del
gastronómico Luís Barrionuevo en tan sólo una charla. Lo cierto es
que todo ese pasado tenebroso parecía no ser importante previa su
incorporación al modelo para manejar la ANSES en proceso de
timidísima recuperación (en cuanto agencia pública) o la jefatura
de gabinete. Así reaparecen figuras como las de de Aldo Rico y
tantas otras de lo más nefastas de la historia reciente,
diversificaciones anibalistas de inversiones políticas (Villordo), o
desastrozos candidatos mediáticos como Walter Queijeiro en Quilmes:
tipos que son capaces de decir en público que las mujeres “tienen
que estar en la casa lavando los platos”, que hacen gala de su
infinita ignorancia y falta de tacto, para quienes lo popular está
ahí donde se esconden los peores vestigios de una sociedad altamente
machista, conservadora, católica y gorila. Massa entendió sin
embargo que en el kirchnerismo no era todo a torta o caca, que la
población no está dispuesta a ceder terreno en cuestiones como la
AUH y la recomposición de los haberes jubilatorios. En cuanto a la
política de Derechos humanos, clave angular para entender qué tipo
de construcción ciudadana proponen los distintos oferentes
políticos, todo se carga a cuenta de la “coinciliación”: está
claro que ““avanzamos”” hacia un modelo securitario de
profundización de las fronteras de clase que suponen mayor presencia
policial y gendarme en las calles, cosa que la gestión del actual
gobernador demostró no estar dispuesta a cambiar y, sea como sea, el
gobierno nacional ya ha aprobado con la enorme difusión del Plan
Centinela en las emisiones de Fútbol Para Todos.
III
El otro candidato del
miedo, pero que no supo aprovechar la lógica de la histeria para
consolidarse, parece ya no tener ningún plan que sostenerse a si
mismo y perfilarse como un aliado potencial, es decir, ser un híbrido
que tiene un pie en los “círculos rojos” y otro en la arena
política mediática, como si una banca en la cámara de diputados se
honraría con trabajo televisivo y no con labor parlamentaria. En su
nueva agenda se ve un moderado discurso agarra-todo, que habla de la
cuestón de la protección medio-ambiental como problema de agenda en
la misma tónica que Coca Cola ofrece “concientizar” por
promocionar un agua envasada en botellas que usan 20% menos plástico.
El discurso ambientalista es la veta progresista de la que intentan
prenderse algunos impresentables, no por proponer control de las
industrias contaminadoras sino por poner la responsabilidad en el
individuo: el medio ambiente se protege tirando papelitos en cestos
de basura coloridos y obligando a una mínima porción de la
población a separar sus residuos, proponiendo un nuevo orden de
consumista eco-friendly. Sin embargo la centralidad de su discurso se
la lleva “la necesidad de pacificación”, concordancia “con
todos”. Así por momentos parece que nos encontramos en las
vísperas no de 1976 pero si de 1955, donde se le achacan las
responsabilidades por la conflictividad social al armado político de
la vereda de enfrente y no a la mierda que le hicieron creer a
amplios sectores de la población por el racismo recalcitrante que se
expresa en el desprecio al asistencialismo estatal. Su propuesta y la
de Massa no es la de extender ciudadanía y participación para salir
de la lógica asistencialista, sino desvalijar la recomposición del
Estado, desregular aún más el mercado de trabajo para que los
empresarios amigos sigan rapiñando como siempre.
Y, fundamentalmente:
insistir en que habitar dentro de las fronteras del país es una
razón suficiente y plenamente legítima para sentir miedo para luego
sostener que Brasil debería sernos un ejemplo de desarrollo. Lo que
De Narváez no se molesta en decirle a la audiencia, probablemente
por falta de tiempo ya que seguramente él está enterado, es que
Brasil tiene indicadores de violencia social que hacen parecer la
situación nacional una comedia romántica no obstante la gravedad
ineludible de las conflictividades locales.
No dejan de ofrecerse así
también expresiones de lo más recalcitrantes para el mínimo uso
del cerebro, como la del “Momo” Venegas, un socio-bufón del
empresariado rural, hacedor de algunos de los peores delitos de
estafa al Estado y a los trabajadores de la última década, un
representante sindical que se beneficia del trabajo esclavo y la
extrema precariedad del trabajo rural, una rama escasamente regulada
por los distintos Ministerios de Trabajo más allá de algunos
informes publicados en Página/12 con fines más bien de orientación
electoralista que de búsqueda de justicia y condena a semejantes
atrocidades3.
Luego aparecen los
eternos militantes del status-quo. “Tenemos 2 años de transición
que no van a ser sencillos” dice Margarita Stolbizer en la cadena
de televisión oficial del empresariado más cínico y concentrado de
la Argentina (TN), mientras presenta un frente “diverso” al que
intenta dotar de características pacificadoras imposibles de
sostener cuando muestra su limitadísima y anacrónica capacidad de
análisis de la coyuntura política al suponer que nos encontraríamos
frente a una disputa interna del “PJ” enmarcada en una falsa
oposición entre Massa e Insaurralde, quienes serían tan sólo caras
renovadas de los Cafiero que luego apoyaron a Ménem, Duhalde y
Cristina Fernandez, resumiendo por extensión las diferencias
políticas de la interna Menem-Cafiero en 1987 a simples cuestiones
de matices. Cuidándose de no decir la palabra “peronismo” y
menos aún de invocar a Juan Domingo Perón, agrega pelos a su cuerpo
cuando, siguiendo el set-list que le plantea el sicario mediático,
dice sobre Moreno: “un energúmeno que piensa que la economía se
maneja apretando empresarios”. Sin ser Moreno siquiera un cuadro
político decente, está claro que la estrategia económica del
frente de la tibiedad gorila en caso de gobierno no será avanzar
sobre los consolidados privilegios del empresariado concentrado.
Estar a los besos con un candidato que en la elección previa optó
por juntarse con el mismísimo De Narváez (Alfonsín hijo) y
entonces llegó al congreso gracias a esa alianza como si de tal cosa
pudiera volverse tan pronto para quienes intentan mostrarse siempre
dentro de proyectos “progresistas” no merece mucho análisis. Es
un frente de clase media que, como toda la clase media
tibio-progresista, se refleja en los modelos socialdemócratas
europeos con un claro desprecio por las expresiones populares locales
(ni hablar del gorilismo inocultable de sus miembros). De momento
todo parece indicar que un virtual 2015 nos trae el mismo perfil de
mierda como presidente: Scioli, Massa, Macri. E Insaurralde, quien
busca posicionarse también como alguien que “soluciona los
problemas de la gente”.
IV
La capital domina por su
condición estructurante y son sus habitantes y sus calles quienes
terminan siendo escuchados y haciendo las veces de opinión pública,
no importa si son partícipes del infantilismo kirchnerista de clase
media (muy lejano de experiencias territoriales como el Movimiento
Evita), estudiantes del Pellegrini o jóvenes Pro: todos son parte
del microclima porteño que define los términos de las discusiones
políticas nacionales y se han construido en relación a si mismos de
manera tal que la especulación sobre giros políticos es muy
limitada. Por exagerar una impresión muy personal, las diferencias
ideológicas de los sectores politizados de la capital terminan
siendo una nimiedad frente a la materialidad que los une y dota de
una misma “lógica práctica” según la cual “el conurbano es
una selva” y las clases populares son siempre objeto de
intervención (“algo hay que hacer por ellos”) y no un
interlocutor.
En algunos sectores de la
izquierda es fácil reconocer que este interesante aumento del
electorado que se traduce como un evento histórico para la vida
política las vanguardias marxistas en la Argentina, está nutrido no
solamente de militantes y activistas “convencidos” y dispuestos a
avanzar en las causas mínimas que defiende la plataforma, sino
también de muchos otros que adhieren por la insistente repetición
de las deficiencias del gobierno y hacen su experiencia kitsch
gracias a la seducción de la estética discursiva antes que por los
postulados del programa político.
Epitafio I. Libertarianos
y la ideología de los “círculos rojos”
Se perfila desde hace ya
varios años una suerte de regurgitación de la ideología neoliberal
con base en las élites globales en proceso de plena integración a
través del consumo transnacional. No se trata de una elaboración
ideológica con las complejidades propias de un sistema de
pensamiento per se abarcativo con probabilidad de respuestas
(satisfactorias o no) a un núcleo mínimo de problemas sociales,
sino la repetición reelaborada de supuestos mínimos que anidan
sobre la forma de expansión neoliberal del capitalismo, es decir,
desde las estrategias estructurantes del capital para sortear su
perpetuo proceso de contradicción con el trabajo. No es casual que
la elegida para transmitir semejante mensaje para la Capital Federal
sea una chica como la modelo Luisa Bunge, quien se asegura todos los
números para la rifa de estereotipo de mocosa insulsa hija de ricos
al momento de proponer el fin de las diferenciaciones entre
"derecha"-"izquierda" para anunciar que la
dinámica del debate político debería estar de ahora en más dada
por el binomio "autoritarios"-"liberales",
gracias a la influencia de "algunos posmodernos"4.
Hablando de regurgitaciones, su padre fue liberal toda la vida y
efectivamente es un rico exportador agropecuario. En este contexto la
niña exclamó la necesidad de privatizar todos los transportes,
postulándose para ocupar un espacio en el Estado al que ella misma
quiere desdibujar tras haber sido conmovida por un congreso de
“Libertarians” (pronunciando en un exagerado inglés incluso para
los que conocen el idioma) al que fue a trabajar como recepcionista.
La niña sacude sus jugosas pulseras y verdaderamente parece figura
ejemplar de la audiencia de Lanata Sin Filtro. Pero no olvidemos que la
ideología libertariana es como un carro hecho a medida de los que
tienen tanto éxito que tienen que pagar grandes impuestos, Lanata
manifestó su adhesión a este pensamiento. El gran ganador del último ciclo
político tras Massa, la figura que mejor supo aprovechar el
descontento cultivado por quienes él representa gracias a sacarle el
“fuck you” a su público en su cara y grabar falsos cassetes, se
reivindica dentro de este espectro-regurgitación ideológica que se
presenta como una reencarnación actualizada de la UceDé.
En
el campo mediático, todos los participantes están aceptando las
reglas del juego impuestas por estos sujetos que dominan las pantallas, participando en sus espacios sin objetar formatos o bien imitando sus formatos donde lo instantáneo y las necesidades del minuto a minuto se comen las reflexiones, cometiendo los peores errores de
trasvestimiento ideológico. Si no es entrando en la promoción de la
instalación de cámaras de seguridad y la fumigación militar de los
barrios pobres, es atando la cuestión del crecimiento económico a
los indicadores del INDEC (suponiendo que estos son reales o
suponiendo que su falsedad es el origen de todos los males), a la
cuestión de la compra de moneda extranjera, sin proponer nunca
alterar el todavía vigente modelo monoexportador de alta dependencia
del mercado internacional, manteniendo el funcionamiento impositivo
del Estado en base de un impuesto regresivo como el IVA. Parece ser
que sólo un improbable avance vertiginoso de la izquierda o
un radical giro progresista del kirchnerismo nos salva de un futuro
gobierno indiscutidamente conservador en todas sus facetas.
Epitafio II.
Y discutir en estos
términos no sólo es ceder terreno por suponer que se llega a mejor
audiencia, es dar la batalla por perdida y no proponer escenarios
alternativos; adherir con quienes afirman que las causas populares se
encuentran en retroceso en la arena pública no es solamente un
juicio que acusa miopía sino un gravísimo error de interpretación
de la construcción hegemónica del kirchnerismo en su momento de
mayor éxito. Es suponer que ese épico 54% estaba conformado por una
mayoría de convencidos de las causas de los derechos humanos que
miran con simpatía las reintepretaciones de una época donde
creyeron que Perón era socialista y no quienes simplemente se suman
al tren de la victoria y probablemente estén más cerca de los que
vieron en el Perón de los '70 un restaurador de órdenes y
jerarquías que iba a dar por culo a los que creían que él era
socialista. Quiero decir, tenemos varios problemas para afirmar que
el progresismo fue alguna vez mayoría dentro del kircherismo o que el
progresismo dominó el gran barco del peronismo. Ni siquiera estamos
en condiciones de afirmar que el mensaje progresista domina 678.
El kirchnerismo primero
debería admitir que hay posibilidades de alternativa por izquierda a
si mismo si es que quiere sostener su seriedad. La izquierda deberá
saber madurar los frutos de una elección histórica si espera
transformarse en un interlocutor necesario del debate político de
masas. Madurar principalmente para superar la cuestión del
infantilismo, tristemente negado por una inmensa mayoría de
militantes. Porque si nos da risa que los niños de La Cámpora se
sientan estigmatizados cuando a los militantes de izquierda nos matan
a Mariano Ferreyra, no se trata de decir que Ferreyra era un caso
conmovedor de iluminación política sino, lo que debiera ser más
conmovedor, que era una persona en todo caso como cualquier otra
porque el debate de izquierdas y la construcción del socialismo no
tienen por qué estar reducidas a quienes se forman en la disciplina
secreta de un partido. El camino a una sociedad más justa y la lucha
por una hegemonia alternativa que supere los estigmas de clase y las
zonceras que operan en lo profundo del sentido común no vendrá
gracias a la repartición de panfletos sino por poner la oreja y
sacar a flote expresiones subterráneas; de la misma manera que la
profundización de un pretendido modelo “nacional y popular” no
se va a sostener sobre la base de poner en orden el PJ, ni con el
Plan Centinela, proyectos de megaminería, Chevrón, Scioli,
Granados, Berni, Insfrán, ex miembros de la UCeDé, etcétera,
etcétera.
Hay que revalorizar la
técnica del arte político como vocación creativa. Para no dormir
en los laureles de una elección histórica la izquierda entonces
tiene que entender que el peronismo no puede ser reducido a un
bonapartismo chavacano y que el hecho de proponer una plataforma
política con iniciativas tanto más integrales que la AUH no
significa que esta no haya sido un avance relativo en un mundo donde
todo se construye relacionalmente. Preparar el campo para las
próximas discusiones y ser capaz de integrar democráticamente
diferentes expresiones de la izquierda anti capitalista y anti
autoritaria. Y seguramente escribir cosas más interesantes.
1Un
artículo muy interesante del colectivo “Juguetes Perdidos” y la
experiencia de los jóvenes con la gendarmería como “servicio
militar a cielo abierto”:
http://colectivojuguetesperdidos.blogspot.com.ar/2013/09/servicio-militar-cielo-abierto.html
2“El
candidato esponja: de liberal a conservador popular”, Revista
Anfibia,
http://www.revistaanfibia.com/cronica/el-candidato-esponja-de-liberal-a-conservador-popular
3“Contratos
para los amigos con los aportes de los peones”, Página/12,
15/07/2013, disponible en
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-224513-2013-07-15.html
4Si
bien podemos entender la influencia de algunos autores como Foucault
o Castoriadis, que se formaron como marxistas críticos del proceso
soviético (Foucault estuvo afiliado al PC Francés hasta que este
se transformó en un mero satélite) y, sobre todo el primero,
asignaron vital importancia al peso coercitivo de determinadas
instituciones sociales, de modo alguno estas posturas habilitan a la
tiranía del uso del sistema de mercado capitalista como presupuesto
antropológico.